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domingo, 19 de junio de 2011

Una sonrisa.

A veces, cuando menos te lo esperas, los músculos de tu cara se relajan. Sonríes, pero no tienes motivo para ello. O tal vez sí. Un simple acto, palabras, o miradas, pueden hacerte agachar la cabeza, esconder tu mirada en el suelo, y ríes. Tímidamente. Y en ese momento, deseas que ocurra todo. Lo esperas todo, te evades. Pero es levantar la mirada, volver al mundo real, y hundirte.
¿Qué es lo que piensas en ese momento? En el momento, en el que dejas tu mente en blanco...
Pues, lo único que piensas es... en la búsqueda de la felicidad. Y, piensas en que... tal vez seas capaz de rozarla con los dedos. Deseas tenerla en tus manos.
Pero cuando menos te los esperas, cuando crees que la tienes bien agarrada, se te esfuma entre los dedos. Justo en ese momento en el que vuelves a la realidad.
Puede que no todo sea como esperabas. Y tal vez, nunca lo será.


 

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